miércoles, 20 de marzo de 2013
martes, 19 de marzo de 2013
Historia
La historia de Jaén, viene representada desde la Edad Antigua en que surge uno de los primeros núcleos identificados con la cultura Ibera y que pasó a la ciudad romana.
En Al-Andalus fue primero sede de una cora y después capital de un reino de taifas, que fue incorporado a la cristiana Corona de Castilla bajo Fernando III El Santo a través de un pacto con el sultán nazarí Al-Ahmar, a partir de entonces Jaén, se convirtió en lugar importante de la frontera de Castilla y como capital del reino, fue una de las ciudades con voto en cortes, alojando en numerosas ocasiones la corte itinerante. Durante la Baja Edad Media, la ciudad sufrió dramáticas convulsiones económicas, demográficas y sociales.
Concretamente, los visigodos se asentarían definitivamente en el primer tercio del Siglo VI. Jaén quedaría al margen de sus asentamientos y seguiría siendo un territorio en el que predominaba la población hispanorromana, con algunas guarniciones militares, como Mentesa, en las que se concentraba la población germánica. Durante todo este siglo, la presencia visigoda por tanto es débil y son frecuentes las rebeliones de la aristocracia romana.
La presencia visigoda supuso un momento de decadencia para la ciudad, en favor a Mentesa, La Guardia, hasta donde llegaba el limes bizantino.
Así pues, durante este período Aurgi sufrió una considerable reducción como indica la arqueología. Hay pocos restos materiales de este período, merece la pena destacar un tremis áureo perteneciente al reinado de Wamba aparecido en una excavación arqueológica llevada a cabo en la plaza Cambil en 1992.
En epoca islámica:
Durante cinco siglos estuvieron los árabes en Jaén . La consideraron como una gran ciudad. Le dieron walí, levantaron mezquitas, construyeron fortificaciones y palacios.
Conquistada Jaén por Abdelaziz en el siglo X sería la capital del reino moro llamado Dijaryan. Los almorávides la incorporarían a su imperio en 1091 y los almohades la ganarían en 1148.
Con los árabes Jaén, la cora de Yayyan, es una excelente tierra regada
por abundante agua que fluye en forma de ríos y fuentes, poseedora de
gran cantidad de cultivos y abundante cereal, bosques frondosos, así
como de una famosa industria de tapices y utensilios domésticos de
madera que se exportaban por todo Al-Andalus y el Magreb.
La victoria de los cristianos en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) supuso la apertura del valle del Guadalquivir para los ejércitos cristianos, que tras la victoria ocuparon, entre otras, la ciudad de Baeza.
En la Reconquista:
En 1225 la ciudad de Jaén fue sitiada por las tropas de Fernando III el Santo, quien no pudo tomar la plaza por la carencia de máquinas de asedio. En la defensa de la ciudad participaron 160 caballeros cristianos que apoyaban a los musulmanes, acaudillados por el magnate Álvaro Pérez de Castro "el Castellano", señor de la Casa de Castro y bisnieto de Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León. El número de combatientes que defendían Jaén, según las crónicas cristianas, era de 3.000 caballeros cristianos, 50.000 peones musulmanes y 160 caballeros cristianos al mando de Álvaro Pérez de Castro.
De esta forma, con el nombre de Iahen, que daría lugar al topónimo actual, en 1246 la ciudad fue reconquistada por Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, a través de un pacto de vasallaje con el rey nazarí de Arjona, Muhammad I "Alhamar" (nacido en Arjona y quien ordenó levantar en su exilio la Alhambra de Granada), en el año 1246, dos años después será denominada como ciudad.
En epoca cristiana:
Merced a su creciente importancia en los años siguientes, Xauen retomó el papel de cabeza del reino provincial que había ostentado Baeza en el ámbito político y religioso. Hasta la conquista de Granada, Jaén jugó un papel importantísimo en la lucha con los musulmanes del sur. De hecho, sufrió varios intentos de asalto y dos saqueos importantes, uno en el año 1300 y otro en 1368. Tal fue la importancia de la plaza jiennense, que el rey, Enrique II de Castilla otorga a Jaén el título de: «Muy noble y muy leal, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla», dotándola a su vez de un Concejo propio y Cabildo, privilegios que se verían acrecentados con la llegada a Jaén del Privado del rey Enrique IV, el Condestable Miguel Lucas de Iranzo, al cual están dedicadas las fiestas patronales de la ciudad. La abundancia de agua propicia una rica agricultura y ganadería. La ciudad es una de las 18 que tienen representación en Cortes y se beneficia de sus privilegios reales. El Cabildo Catedralicio gozaría de enorme poder y en esta época se iniciaría la reconstrucción de la Catedral.
Conquistada Granada en 1492, Jaén cae en un lento y paulatino declive, del que intenta recuperarse en el Siglo XVII en que en la ciudad se crea un potente gremio de artesanos que favorecieron el comercio interior y exterior. Jugó un papel importante en el plano cultural, social y militar en la conquista y asentamiento en la América hispana.
El siglo XVII arranca con una profunda crisis, fruto de las malas cosechas, epidemias y la política de los Austrias, de continuas levas e impuestos. La ciudad perdería población progresivamente y se empobrecería, lo que supondría el deterioro de los barrios más antiguos. Esta crisis se mantendría prácticamente hasta el siglo XX.
En Al-Andalus fue primero sede de una cora y después capital de un reino de taifas, que fue incorporado a la cristiana Corona de Castilla bajo Fernando III El Santo a través de un pacto con el sultán nazarí Al-Ahmar, a partir de entonces Jaén, se convirtió en lugar importante de la frontera de Castilla y como capital del reino, fue una de las ciudades con voto en cortes, alojando en numerosas ocasiones la corte itinerante. Durante la Baja Edad Media, la ciudad sufrió dramáticas convulsiones económicas, demográficas y sociales.
Concretamente, los visigodos se asentarían definitivamente en el primer tercio del Siglo VI. Jaén quedaría al margen de sus asentamientos y seguiría siendo un territorio en el que predominaba la población hispanorromana, con algunas guarniciones militares, como Mentesa, en las que se concentraba la población germánica. Durante todo este siglo, la presencia visigoda por tanto es débil y son frecuentes las rebeliones de la aristocracia romana.
La presencia visigoda supuso un momento de decadencia para la ciudad, en favor a Mentesa, La Guardia, hasta donde llegaba el limes bizantino.
Así pues, durante este período Aurgi sufrió una considerable reducción como indica la arqueología. Hay pocos restos materiales de este período, merece la pena destacar un tremis áureo perteneciente al reinado de Wamba aparecido en una excavación arqueológica llevada a cabo en la plaza Cambil en 1992.
En epoca islámica:
Durante cinco siglos estuvieron los árabes en Jaén . La consideraron como una gran ciudad. Le dieron walí, levantaron mezquitas, construyeron fortificaciones y palacios.
La victoria de los cristianos en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) supuso la apertura del valle del Guadalquivir para los ejércitos cristianos, que tras la victoria ocuparon, entre otras, la ciudad de Baeza.
En la Reconquista:
En 1225 la ciudad de Jaén fue sitiada por las tropas de Fernando III el Santo, quien no pudo tomar la plaza por la carencia de máquinas de asedio. En la defensa de la ciudad participaron 160 caballeros cristianos que apoyaban a los musulmanes, acaudillados por el magnate Álvaro Pérez de Castro "el Castellano", señor de la Casa de Castro y bisnieto de Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León. El número de combatientes que defendían Jaén, según las crónicas cristianas, era de 3.000 caballeros cristianos, 50.000 peones musulmanes y 160 caballeros cristianos al mando de Álvaro Pérez de Castro.
De esta forma, con el nombre de Iahen, que daría lugar al topónimo actual, en 1246 la ciudad fue reconquistada por Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, a través de un pacto de vasallaje con el rey nazarí de Arjona, Muhammad I "Alhamar" (nacido en Arjona y quien ordenó levantar en su exilio la Alhambra de Granada), en el año 1246, dos años después será denominada como ciudad.
Será en 1248, dos años después de conquistada Jaén cuando por primera vez aparacerá la denominación de ciudad para este núcleo de población, con motivo de la construcción de la Capilla de San Ildefonso, (...) en 1260 ya se la titula "La Noble Çibdad de Jahén" apareciendo en 1313, junto a Córdoba y Sevilla, como las tres únicas ciudades del valle del Guadalquivir...Los nazaríes la atacaron en 1300, pero no consiguieron hacerse con la plaza debido a la ayuda prestada a Jaén por los Caballeros de Baeza. Se fortifica el castillo y la ciudad, que pasa a ocupar un lugar estratégico por su cercanía con el reino moro de Granada, lo que le vale reconocimientos y privilegios reales.
José Rodríguez Molina, La ciudad de Jaén. Inventario de sus documentos (1549-1727).Diputación Provincial de Jaén, 1982. Pág.8
En epoca cristiana:
Merced a su creciente importancia en los años siguientes, Xauen retomó el papel de cabeza del reino provincial que había ostentado Baeza en el ámbito político y religioso. Hasta la conquista de Granada, Jaén jugó un papel importantísimo en la lucha con los musulmanes del sur. De hecho, sufrió varios intentos de asalto y dos saqueos importantes, uno en el año 1300 y otro en 1368. Tal fue la importancia de la plaza jiennense, que el rey, Enrique II de Castilla otorga a Jaén el título de: «Muy noble y muy leal, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla», dotándola a su vez de un Concejo propio y Cabildo, privilegios que se verían acrecentados con la llegada a Jaén del Privado del rey Enrique IV, el Condestable Miguel Lucas de Iranzo, al cual están dedicadas las fiestas patronales de la ciudad. La abundancia de agua propicia una rica agricultura y ganadería. La ciudad es una de las 18 que tienen representación en Cortes y se beneficia de sus privilegios reales. El Cabildo Catedralicio gozaría de enorme poder y en esta época se iniciaría la reconstrucción de la Catedral.
Conquistada Granada en 1492, Jaén cae en un lento y paulatino declive, del que intenta recuperarse en el Siglo XVII en que en la ciudad se crea un potente gremio de artesanos que favorecieron el comercio interior y exterior. Jugó un papel importante en el plano cultural, social y militar en la conquista y asentamiento en la América hispana.
El siglo XVII arranca con una profunda crisis, fruto de las malas cosechas, epidemias y la política de los Austrias, de continuas levas e impuestos. La ciudad perdería población progresivamente y se empobrecería, lo que supondría el deterioro de los barrios más antiguos. Esta crisis se mantendría prácticamente hasta el siglo XX.
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